Más de 5,5 millones quinientos mil colombianos han dejado el país para rehacer su vida en otros rincones del mundo. Algunos cruzan fronteras en busca de oportunidades laborales, otros huyen de la violencia y muchos más simplemente persiguen un sueño que en casa parecía inalcanzable. Todas, realidades distintas pero con un mismo objetivo: mejorar su calidad de vida.
Hablar de migración es hablar de la historia de la humanidad. Como afirma Stephen Castles, investigador australiano experto en temas migratorios, “las migraciones son una constante en la historia de la humanidad y reflejan profundas desigualdades sociales, económicas y políticas”. En el caso colombiano, estas causas se entrelazan con décadas de conflicto armado, pobreza y centralización económica, que si bien con el transcurso del tiempo ha venido mejorando, todavía algunos recuerdos golpean con fuerza.
Aunque la migración no es un fenómeno nuevo, en las últimas décadas ha tomado un ritmo acelerado. Cada vez más colombianos y habitantes del mundo en general, empacan sus vidas en una maleta y parten. En este artículo exploramos las razones, los destinos, los rostros y los datos detrás de este éxodo silencioso.
Antecedentes históricos de migración
De acuerdo al informe de antecedentes históricos y causas de la migración, de la Cancillería de Colombia, a través de los años la población colombiana se ha enfrentado a tres olas migratorias. La primera ola se concentró principalmente en Estados Unidos, entre los años sesenta y setenta; la segunda, durante la década de los ochentas hacia Venezuela; y la tercera en los noventas, especialmente a España. Aunque las razones de estos desplazamientos varían, según este estudio, los ciudadanos colombianos se van en su mayoría en busca de estabilidad a futuro, mejores oportunidades de vida, laborales, económicas y educativas. Lo que de alguna manera refleja las deficiencias de las políticas gubernamentales implementadas en el país, en las que evidentemente se tiene que trabajar y mejorar.
¿Cuántos colombianos viven fuera del país?
La respuesta simple: millones. La respuesta compleja: Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 5,5 millones quinientos mil colombianos residen en el exterior. De ellos, una buena parte tiene doble nacionalidad, y una proporción significativa sigue estrechamente vinculada con Colombia: viene de visita de manera constante, envían remesas, votan en elecciones y hasta promueven inversiones.
Durante la última década, Colombia ha presentado un alza en las movilizaciones internacionales. Los últimos cinco años han sido especialmente intensos. Entre 2019 y 2024, 1,75 millones de colombianos salieron del país sin regresar. Tan solo en 2024, 341.304 personas emigraron, según Migración Colombia. Y en lo corrido de 2025, ya van más de 145.000 nuevos migrantes, aun cuando los desplazamientos por la selva del Darién han disminuido un 60%, según lo declaró hace unos meses la ex ministra Laura Sarabia en rueda de prensa. Si bien no todos los ciudadanos se desplazan de manera ilegal, los procesos de visado sí se han visto afectados debido a las altas cifras de deportación y a los cambios en las políticas migratorias.
¿A dónde se van los colombianos?
Aunque el destino preferido ha variado con los años, hay países que históricamente han recibido a la mayoría de connacionales:
País de destino | Estimación de colombianos residentes |
---|---|
Estados Unidos | +923.000 (algunas fuentes estiman 1,6 M) |
Venezuela | +918.000 (aunque muchos han retornado) |
España | +568.000 |
Chile | +209.246 |
Ecuador | +203.470 |
Canadá | +120.000 |
Argentina | +112.000 |
México | +36.230 |
Alemania | +30.000 |
Brasil | +29.000 |
Estados Unidos sigue siendo el principal lugar escogido. De acuerdo con el Migration Policy Institute (MPI), en EE.UU viven más de 1,6 millones de personas de origen colombiano, de manera legal e ilegal, concentradas principalmente en Florida con 35%, Nueva York 13%, Nueva Jersey 11%.
Le sigue España, donde se ha establecido una comunidad sólida desde los años 90, especialmente en Madrid, Barcelona y Valencia.
Sin embargo, en los últimos dos años se ha notado un giro hacia el sur del continente: Argentina, Chile, Brasil y México ganan terreno como nuevos destinos migratorios. Esto responde tanto a las políticas más restrictivas de EE.UU. y Europa como a los acuerdos de movilidad vigentes entre países latinoamericanos.
Los departamentos que más migran
Aunque hay migrantes provenientes de todos los rincones del país, algunos departamentos destacan por su alta tasa de emigración.
Según reportes de la Cancillería y estudios del DANE, los principales emisores de migrantes son:
● Antioquia
● Valle del Cauca
● Bogotá
● Santander
● Nariño
● Risaralda
● Atlántico
En el caso de Antioquia, ciudades como Medellín han sido históricamente centros de emigración hacia EE.UU. y España. De Nariño, una gran parte de los migrantes se dirige hacia Ecuador y Chile. Desde el Caribe, muchos se embarcan hacia Estados Unidos o Panamá.
¿Por qué se van los colombianos? Las razones son múltiples, pero la principal sigue siendo la búsqueda de mejores oportunidades económicas. A esto se suman:
● Falta de empleo: La tasa de desempleo nacional ronda el 9,6 %, pero en zonas rurales puede duplicarse.
● Inseguridad: A pesar de avances en los acuerdos de paz, muchos territorios siguen siendo escenario de violencia.
● Educación: Muchos jóvenes salen para estudiar o acceder a becas en el extranjero.
● Factores ambientales: Sequías, inundaciones en departamentos como a Guajira y Chocó han impulsado la salida.
Un dato revelador: según un informe de El País, más del 80 % de los colombianos que emigran lo hacen por razones económicas, y el 70 % tiene entre 18 y 39 años. Es decir, se trata de una migración joven, activa y productiva.
Vivir en el exterior: oportunidades y desafíos
Aunque muchos migrantes logran estabilidad en el exterior, el camino no siempre es fácil. Las barreras del idioma, la discriminación, la falta de vínculos cercanos, experiencia, documentos, el desarraigo y las políticas migratorias restrictivas son obstáculos frecuentes.
En Estados Unidos, por ejemplo, ha crecido tanto el número de solicitudes de asilo por parte de colombianos como el número de deportados. En 2023, más de 203.000 connacionales pidieron refugio en países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), un 131 % más que el año anterior.
A eso se suma que países como Reino Unido han vuelto a exigir visado a los colombianos, luego de un aumento en las solicitudes de protección internacional.
Conclusión
La migración de Colombia debe considerarse más que un simple número estadístico. Cada colombiano que se ha ido sin la intención de volver tiene un motivo, una historia de coraje, de rebelión, de resiliencia que demuestra no solo la escasez de oportunidades y garantías en un país, sino también la perseverancia de su gente. Es la historia de millones de individuos que, con añoranza, esperanza y fortaleza, intentan establecer su presencia en otro país sin dejar de lado el suyo.
No sólo emigran los colombianos, lo hacen millones de personas alrededor del mundo. Migrar hace parte de nuestras realidades y es la respuesta a la búsqueda constante del ser humano por una mejor vida . Si bien, todavía no existe una certeza en torno a si la migración continuará o no. Lo que sí es una realidad, es que en un contexto nacional aún inestable, con una inflación alta, pocas oportunidades laborales para jóvenes y tensiones políticas, muchos colombianos seguirán viendo en el exterior un destino esperanzador y una nueva oportunidad de construir su futuro.
Es necesario que el Estado desarrolle políticas públicas que aseguren tanto a los colombianos residentes en el país como a los que se encuentran en el extranjero la garantía y protección de la defensa de sus derechos, mayores oportunidades, el poder ser escuchados y tenidos en cuenta. Todos somos Colombia, desde su interior y desde el exterior, merecemos ser incluidos. No se puede ser indiferente ante lo que aclama el pueblo.
Hoy más que nunca, Colombia debe ver a sus migrantes no como ciudadanos desconocidos o cifras que huyen, sino como individuos que enriquecen al país a través de las fronteras. Hacemos parte de una diáspora, fuerte y persistente, que aporta de manera constante al desarrollo del país, y levanta su voz por medio de actos (remesas, intercambios sociales, culturales, científicos) que han cambiado no solo la realidad de muchas ciudades en Colombia, sino también la noción de lo que se es ser colombiano, lo que ha permitido estrechar los lazos entre nuestra nación y el resto del mundo.
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